Tras vivir 11 años con lobos: nuestra sociedad está repleta de egoísmo

Chamanismo Universal- Un hombre convive con lobos

Tengo que confesar que el caso de Marcos Rodríguez Pantoja siempre me ha fascinado. Él fue abandonado en la Sierra Morena cuando era un niño, alrededor de los siete años, y vivió en un estado de aislamiento y soledad durante su juventud. Durante ese tiempo, aprendió a sobrevivir en el entorno natural y estableció una relación cercana con una manada de lobos, llegando a ser aceptado por ellos.

Hace unos años me hicieron llegar una entrevista suya en la que describía como estuvo a punto de morir por la ingesta de carne en mal estado y apareció una serpiente que le indico que plantas necesitaba tomar para poderse purgar y salvarse. Esto que él describía de forma sencilla y natural, es lo que a los practicantes chamánicos que asisten al curso de “la comunicación con los espíritus de la naturaleza” intentamos transmitir, y es esa profunda conexión entre los seres humanos y la naturaleza.

Su historia plantea cuestiones fundamentales sobre la comunicación no verbal y la relación espiritual entre humanos y el mundo natural. Este artículo explorará la vida de Marcos y cómo su experiencia revela la conexión innata entre las personas y los espíritus de la naturaleza, más allá de las palabras y el lenguaje. Marcos nos inspira a reconectar con la naturaleza y valorar su sabiduría espiritual.

Entrevista a Marcos Rodríguez Pantoja:

Las palabras de este hombre resuenan en la frialdad de nuestro actual modo de vida, llevándonos a reflexionar sobre la necesidad de aprender de la naturaleza… y de los lobos.

Una experiencia traumática fue para Marcos Rodríguez Pantoja el ser separado de la manada de lobos que lo adoptó cuando tenía 7 años. Este hombre fue criado por lobos hasta los 19 años, y aprendió con ellos a sobrevivir en las montañas de Sierra Morena, en España.

Diferenciando entre bayas comestibles o venenosas y ensayando sus aullidos fue como Pantoja sorteó la existencia al lado de estos canes agrestes. Pero no sólo aprendió a sobrevivir, sino que conoció fundamentalmente lo que es vivir en comunidad, sin golpes ni trabajos forzados, como a los que tuvo que acostumbrarse mientras vivió con su padre y una madrastra, y también después con el pastor al que fue vendido para trabajar.

Cuando el pastor murió repentinamente, Pantoja vagó en las montañas y llegó eventualmente hasta una cueva que resultó ser la de aquella manada que lo adoptaría. Descubrió con ellos que era más fácil adaptarse a la vida en general siendo criado por lobos, lo que en retrospectiva lo hizo asegurar en una entrevista del 2016 que:

A diferencia de los animales, que no tienen maldad, el ser humano está lleno de egoísmo.

Ser criado por lobos, y posteriormente tener que acostumbrarse a la vida moderna en Madrid sin apoyo de nadie, cultivó en Rodríguez Pantoja una profunda sensibilidad. Se hizo incluso crítico al gobierno, que lo separó de su querida manada sin hacerse cargo de él posteriormente, lo que lo hizo sufrir indeciblemente:

Los animales me convirtieron en buena persona, y no supe defenderme de la maldad de muchos.

Aunque sorprende escuchar el testimonio de este peculiar hombre español, el cual nos hace pensar sin remedio en los Cuentos de la selva, en realidad sólo nos comprueba lo que los lobos ya nos han demostrado: que son de los animales que más lecciones tienen para nosotros en lo que se refiere a vivir en comunidad.

Esto es algo que en nuestro actual modo de vida hiperindividualizado ofrece mucho en qué pensar, más allá, incluso, de la valiosa experiencia de Pantoja, quien ahora se dedica –con ayuda de compañeros de su comunidad, como dio a conocer el periódico El País– a dar pláticas sobre el amor por los animales y la naturaleza, compartiendo todo lo que los lobos le enseñaron.

A la experiencia del hombre que fue criado por lobos, y la reflexión que nos brinda, se suma la de los espíritus itinerantes que se han ido a vivir a la naturaleza, quienes nos han demostrado que acercarse a la naturaleza es una manera de filosofar y de vivir. Y quizá esta sea la manera más contundente de contribuir a la acción y a la reflexión colectiva sobre los cambios que debemos hacer a nuestro estilo de vida.

*Imagen principal: Óscar Corral

Fuente: https://ecoosfera.com