Kulning: un antiguo canto sueco de la época medieval
El kulning es un arte vocal que tiene su origen en los bosques y montañas de Escandinavia. En un principio era utilizado como un método para llamar al ganado al que se había dejado pastar libremente en plena naturaleza, pero es innegable que es arrebatadoramente hermoso y puede ser apreciado como una forma de arte aparte de sus usos prácticos.
En teoría, el kulning puede compararse con el canto tirolés. Es una llamada aguda destinada a ser escuchada a larga distancia y atraer la atención del ganado. Pero estas dos prácticas no suenan parecidas en absoluto. ¿Qué es lo que hace del kulning algo único? ¿Y cómo ha podido resistir el paso del tiempo?
El antiguo origen del kulning
El kulning tiene su origen en la Edad Media. El trabajo de cuidar el ganado y procesar productos de origen animal, como la leche y la lana, quedó reservado en Escandinivia principalmente a las mujeres por aquel entonces. En verano, las tierras fértiles y arables cercanas a las viviendas eran utilizadas para los cultivos, y el ganado era libre de vagar y pastar en otros lugares. Esto implicaba que, cuando llegaba el momento de llamar a los animales para que volvieran, era la mujer quien debía encargarse de hacerlo.
El kulning como estilo vocal se desarrolló en torno a los puntos fuertes de las voces femeninas que lo practicaban. Los tonos altos resultantes eran adecuados para las voces femeninas y servían asimismo para llevar las canciones a grandes distancias, lo que implicaba que eran perfectos tanto para llamar a los rebaños como para transmitir mensajes a largas distancias.
¿Cuál es la temática de las canciones?
Aunque el kulning era básicamente una forma práctica de llamar a los animales que estaban pastando, la forma en que las canciones eran compuestas e interpretadas era mucho más compleja. Estas canciones eran una forma de expresar las realidades del día a día y las esperanzas y temores de las mujeres que les cantaban. Hay canciones edificantes y positivas sobre el amor y la belleza de la naturaleza, y sobre la libertad del estilo de vida que practicaban.
Pero también hay canciones que arrojan luz sobre los temores muy reales de las comunidades agrícolas medievales. Un ejemplo de ello son las canciones sobre la pérdida de animales – una realidad que era tristemente habitual. Para una familia que dependía de sus animales para salir adelante durante el invierno, la pérdida de una vaca que suministraba productos lácteos, carne y cuero podía ser devastadora. Encontrar un animal perdido podía marcar la diferencia entre un invierno confortable y pasar hambre.
Relacionadas con estos temores están las canciones en las que se buscan animales en el bosque. Estas canciones se centran en los miedos de unas mujeres que habrían tenido que adentrarse en los bosques hasta encontrar un animal perdido, incluso si la búsqueda se prolongaba hasta la noche. Las canciones lamentan los peligros tangibles de depredadores como lobos y osos, así como el miedo a los temibles y esotéricos espíritus del bosque.
Estos temas iban más allá del simple hecho de contar una historia, ya que el kulning también podía ser utilizado para advertir a otras mujeres de algún peligro. Por ejemplo, en el caso de haber avistado un oso, las mujeres podían avisarse las unas a las otras por medio de sonidos o canciones específicas. Sin embargo, junto con estas señales conocidas existía una fuerte tradición de improvisación, y las mujeres a menudo desarrollaban su propio estilo, conociéndose incluso algunas diferencias regionales dentro de los estilos del kulning.
Fuente: Sarah P. Young