El Chamanismo como Práctica Espiritual

El chamanismo, a menudo malinterpretado o subestimado, es en realidad una práctica espiritual profunda y poderosa que ha existido a lo largo de la historia de la humanidad. Aunque puede variar en formas y expresiones en diferentes culturas, el núcleo del chamanismo siempre ha sido el mismo: la búsqueda de una conexión íntima con los espíritus del mundo que nos rodea.
El chamanismo es más que una serie de rituales o una tradición antigua; es una profunda conexión con todo. A través de los ojos del chamán, el mundo cobra vida en una danza mágica de energía y poder. Cada hoja, cada roca, cada animal lleva consigo un mensaje, una enseñanza, una medicina para el alma.
El chamán sabe que no está solo en este viaje espiritual. Él camina de la mano de sus ayudas espirituales, seres de puro amor, conocimiento, sanación y sabiduría que le muestran el camino hacia el conocimiento y la sanación. En sus viajes, sueños y visiones, se encuentra con estos espíritus, quienes le revelan los secretos del universo y le otorgan el don de la visión.
La Raíz del Chamanismo
Para comprender la verdadera esencia del chamanismo, debemos retroceder en el tiempo, adentrándonos en las culturas ancestrales que lo practicaban. En su corazón, el chamanismo es la práctica de comunicarse con los espíritus y las energías que animan el mundo natural. Los chamanes, a menudo considerados como intermediarios entre el mundo humano y el espiritual, desempeñan un papel fundamental en esta conexión.
El Viaje Chamánico
Una de las prácticas más distintivas del chamanismo es el viaje chamánico. En un estado alterado de conciencia, a menudo inducido por el ritmo constante de los tambores chamánicos, el chamán clásico o practicante moderno se sumerge en un reino de sueños y visiones. En este estado, se encuentra con ayudas espirituales, animales de poder y seres divinos que le ofrecen sabiduría, orientación y sanación.
Como comentamos, en este viaje, el chamán puede encontrarse con animales de poder, seres míticos que representan arquetipos y energías esenciales. Estos animales, como el águila majestuosa o el lobo astuto, se convierten en aliados espirituales que le otorgan sabiduría y poder. Cada animal de poder lleva consigo lecciones únicas y medicina para el chamán clásico o practicante moderno, así como para su comunidad.
La Importancia de los Animales de Poder
Los animales de poder son una parte fundamental del chamanismo. Estos seres espirituales, que a menudo toman la forma de animales, son aliados y maestros para el chamán y aquellos que buscan su orientación. Cada Animal de Poder tiene su propio significado y medicina única, y su presencia en el viaje chamánico brinda conocimiento y poder.
Este aspecto, “como ser único”, es muy importante porque desde una perspectiva cultural, es cierto que cada comunidad adopta a ciertos animales de poder al que se le atribuyen ciertas cualidades y a veces podemos cometer el error de pensar que eso implica que es así y solo así si a ti se presenta ese ser espiritual.
Algunos ejemplos culturales:

El Lobo:
En las tribus nativas americanas, el lobo a menudo se interpreta como un símbolo de lealtad, valentía y sabiduría. Los chamanes que trabajan con el lobo pueden buscar estas cualidades para guiar a su comunidad.
En algunas culturas eslavas, el lobo puede ser visto como un espíritu malévolo y aterrador, representando la oscuridad y el peligro.

El Búho:
En muchas culturas occidentales, el búho suele asociarse con la sabiduría y la intuición, representando la capacidad de ver más allá de lo evidente.
En algunas culturas africanas, el búho puede ser considerado un mensajero de malas noticias o un presagio de muerte.

El León:
En algunas culturas africanas, el león representa la fuerza, el coraje y el liderazgo. Los chamanes pueden buscar estas cualidades al trabajar con el espíritu del león.
En algunas tradiciones asiáticas, el león puede tener connotaciones más místicas y espirituales, asociado con la protección y la guarda de templos y santuarios.

El Águila:
En las culturas nativas de América del Norte, el águila es vista como un símbolo de conexión con lo divino y la visión espiritual.
En algunas culturas de Asia Central, el águila es considerada un símbolo de poder y dominio, y se utiliza en la cetrería para cazar presas grandes.
Estos ejemplos ilustran cómo los mismos animales de poder pueden tener interpretaciones significativamente diferentes en diversas culturas chamánicas. La relación entre el chamán y su animal de poder se moldea en gran medida por la cosmovisión y las creencias específicas de la cultura en la que se practica el chamanismo.
Es por este motivo que cobra más significado que esta relación tan personal entre tú y los Animales de Poder, pueda llevarse a cabo a través de una comunicación directa con ellos/as.
Porque tal y como aclaramos en el curso del “Viaje Chamánico: la puerta a otras realidades”, todos los participantes en alguno de los círculos espirituales de trabajo, podríamos tener el mismo Animal de Poder, pero para cada uno tener unas característica únicas y adaptadas a lo que cada uno es.
La Sanación Chamánica
El chamanismo no se limita a la comunicación con el mundo espiritual; también es una práctica de sanación profunda. Los chamanes trabajan para equilibrar las energías, eliminar bloqueos espirituales y aliviar el sufrimiento emocional y físico. Utilizan hierbas, rituales y ceremonias para restaurar la armonía en el cuerpo, el alma y el espíritu.
Así pues, el chamanismo es, en su esencia, una “práctica espiritual de sanación”[1]. No se trata solo de curar el cuerpo, sino de sanar el alma herida. El chamán entiende que muchas de nuestras enfermedades físicas tienen sus raíces en desequilibrios espirituales o emocionales.
El chamán trabaja con hierbas medicinales, ceremonias de purificación y rituales de sanación. Pero su enfoque va más allá de lo físico; se adentra en el alma de la persona, buscando las heridas ocultas y las energías negativas que bloquean el flujo de la vida.
Para los chamanes, la enfermedad es más que un síntoma físico; es un desequilibrio en los niveles físico, mental, emocional y espiritual del individuo.
Desde la perspectiva chamánica, se sostiene que aquellos que carecen de una abundante energía espiritual tienden a experimentar enfermedades, accidentes y una serie de infortunios. Esto va más allá de la comprensión convencional de la enfermedad. El chamán se dedica a restablecer la conexión de la persona con su vitalidad espiritual, que es análoga al sistema inmunológico en el ámbito espiritual. Esta vitalidad espiritual confiere a la persona una resistencia ante las enfermedades. Si alguien padece enfermedades recurrentes, es evidente que requiere una reconexión con su vitalidad espiritual.
Incluso aquellos que gozan de buena salud y no están enfermos pueden embarcarse en un viaje de “búsqueda de visión” para fortalecer su conexión con el poder espiritual. Entre las responsabilidades del chamán se encuentra la de asistir a aquellos que no pueden llevar a cabo este proceso por sí mismos. El chamán comprende que no estamos solos en este camino espiritual. Cuando un ser humano actúa con generosidad y compasión para aliviar el sufrimiento de otro ser humano, los espíritus muestran su interés y acuden en su auxilio, participando activamente en el trabajo espiritual.
La Danza de la Naturaleza
El chamán sabe que la naturaleza es su aliada más poderosa. En la danza de los elementos, encuentra la curación y el equilibrio. Se sumerge en los ríos para purificarse, se sienta bajo los árboles para escuchar sus susurros y se eleva hacia el cielo para conectarse con el espíritu del viento.
En cada estación, en cada cambio de la luna, el chamán encuentra lecciones y ciclos que reflejan los de su propia vida. Él vive en armonía con la Tierra, honrando su belleza y respetando su poder.
Chamanismo Universal
Una de las características más notables del chamanismo es su naturaleza universal. Aunque las expresiones varían de una cultura a otra, la esencia del chamanismo, la búsqueda de conexión espiritual y sanación, es una constante en todo el mundo. Esto nos recuerda que, en el fondo, todos compartimos un deseo innato de conexión con algo más grande que nosotros mismos.
El Chamán en la Sociedad Moderna
En la sociedad moderna, donde a menudo estamos desconectados de la naturaleza y atrapados en un ritmo frenético, el chamanismo sigue siendo relevante. Puede servir como un recordatorio de nuestra conexión con la Tierra y una vía para sanar las heridas espirituales que la vida moderna puede infligir.
El chamán del siglo XXI emerge como un sanador y una facilitador espiritual. Él reconoce que el chamanismo no es un regreso al pasado, sino una respuesta a la necesidad urgente de sanación y conexión espiritual en un mundo desequilibrado.
A medida que las personas buscan respuestas que van más allá de lo convencional, el chamán ofrece un camino hacia la sanación holística. Él nos recuerda que somos parte de la naturaleza, que nuestras almas anhelan la conexión con algo más grande que nosotros mismos.
Así pues, el chamanismo es mucho más que un conjunto de rituales o prácticas exóticas. Es una profunda práctica espiritual que nos conecta con el alma del mundo y nos ofrece sanación y orientación. En un mundo que a veces parece estar perdiendo su conexión con lo sagrado, el chamanismo nos recuerda que la espiritualidad y la conexión con la Tierra son esenciales para nuestro bienestar. Es un camino antiguo que sigue guiándonos hacia un entendimiento más profundo de nosotros mismos y del mundo que habitamos.
Porque, en última instancia, el chamanismo es una práctica espiritual que nos enseña a vivir en paz con nosotros mismos y con la Tierra que es nuestro hogar.
Fuente: María Luisa Freijeiro – Instituto de Estudios Chamánicos
Referencias:
Mircea Eliade (1951), “El Chamanismo: Técnicas Arcaicas de Éxtasis”.
Roger N. Walsh (2001), “El Mundo del Chamanismo: Nuevas Perspectivas de una Antigua Tradición”.
Stanley Krippner y Patricia Welch (1992), “Dimensiones Espirituales de la Sanación: Desde el Chamanismo Nativo hasta la Atención Médica Contemporánea”.
Weston LaBarre (1975), “El Culto del Peyote”.
Barbara Tedlock (2005), “La Mujer en el Cuerpo del Chamán: Recuperando lo Femenino en la Religión y la Medicina”.
E. Luna y S. White (2000), “Lector de Ayahuasca: Encuentros con la Sagrada Liana del Amazonas”.
[1] Este es un concepto más amplio de sanación que no se limita exclusivamente a las diferentes técnicas de sanación como la Extracción, la Recuperación del Alma o el Psicopompo, por poner algunos ejemplos.