La Curandera de la luz:

Sanando a través de la oscuridad

Las iniciaciones son umbrales de transformación. La persona se desprende de capas, permitiendo que la verdad interior se muestre con claridad.

En el corazón del chamanismo, las ceremonias de iniciación son procesos de renacimiento donde el alma se mueve entre los velos de lo conocido y lo desconocido.

Las iniciaciones son umbrales de transformación. La persona se desprende de capas, permitiendo que la verdad interior se muestre con claridad.

Cuando uno entra en la oscuridad, es decir, la privación del sentido de la vista, es como entrar en un espacio sagrado donde se puede encontrar sabiduría y conexión. Se despiertan dones latentes, tesoros internos que yacen en el corazón de cada uno de nosotros y la intuición y la creatividad pueden mostrarnos todo el potencial humano.

Este encuentro vivencial está pensado para que los participantes pasen por una experiencia iniciática, es decir, no es un curso formativo sino sensitivo y trascendental.

Y se estructura en torno a una serie de prácticas que permiten acecharse a uno mismo y sumergirse en lo desconocido durante días de penumbra. La persona puede experimentar el cese del parloteo mental, la exploración de su propia luminosidad y la percepción del mundo con unos ojos diferentes, unos ojos que ven en la oscuridad y son testigos del mundo, no solo con los ojos, sino con todo el cuerpo.

Recordamos la frase que nos dijo una curandera con la que tuvimos el privilegio de compartir unas cuantas aventuras. Ella dijo: “recuerda que entramos en la oscuridad iniciática, para traer nuestra luz“.

¿En qué consiste La Curandera de la luz: sanando a través de la oscuridad ?

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